La falta de ética fue sembrada por un sistema de gobierno corrupto que trajo como consecuencia un problema mayor que el económico para México, en donde fomentar un pésimo plan educativo, y el pensamiento aspiracionista en la clase media, hacían un conjunto de metas en donde se deberían cumplir objetivos al precio que fuera aunque la capacidad académica no fuera la eficiente ni tampoco los grados de moralidad. Así fue como en el presidencialismo dictatorial y luego el empresarial dejaron daños generacionales que será más difícil de corregir que cualquier plan económico que pueda ser eficaz para el pago de deudas sin el descuido de programas sociales y la recuperación del estado en su funcionalidad desplazada por particulares lucrativos. Así es como un individuo con el mínimo de ética sustentada, puede voltear a su alrededor y notar la abundancia de basura intelectual y corrupta que rodean diferentes cambios profesionales como lo es el periodismo en donde la especialidad de espectáculos se ha convertido en charlas de chismes y la especialidad del periodismo político en propagandeo en favor del mejor postor. Profesionistas que adquieren títulos como producto de una carrera exprés han abierto un mercado de desconocedores de la materia pero de buenos mercaderes, por lo que actividades fundamentales como lo son los servicios médicos y aquellos relacionados con la impartición de justicia se convierten en inservibles y hasta en peligro para la población que requiere de los mismos. A pesar de todos estos males, habrá quien se resista a los cambios y serán aquellos beneficiados de los vicios de la distorsión de causa y aquellos cuya mentalidad atada a un sistema de direccionismo, han resultado dañadas, sin que ésto signifique, que deba existir una sola corriente de pensamiento pero sí que todas las corrientes de pensamiento deban estar pegadas a la ética y al bienestar social o por lo menos a que el beneficio personal no perjudique al beneficio colectivo.