Para un comunicador, siempre será mejor ser el último en dar una información certera que el primero en dar una información incorrecta, y más aún en un mundo aparental cimentado por la tecnología, para lo cual debemos ser inteligentes tanto como emisores del mensaje como receptores del mismo.Ante el liberalismo comunicativo y la velacidad informativa, debemos acostumbrarnos a revertir aquel dicho que sentenciaba que lo que se puede observar no se juzga, y debe ser sustituido por la actitud inteligente de observar para dudar, sobretodo si se trata de quien tiene la responsabilidad de ser informador y no captar a la primera, una fuente informativa sin antes confirmarla.Más en www.somoselespectador.blogspot.com