Ni el mismo televidente desamparado en la tutela de los reality show y los talk shows, saben desde hace cuándo, no disfrutaban un programa dominical de calidad en la televisión, como el que nos regaló el pasado domingo el Canal 11 del Instituto Politécnico Nacional, al presentar en el programa "Contigo" que conduce el pianista Joao Henrique, como invitada a la cantante Alejandra Ávalos, que tiene las cuerdas vocales más exquisitas para interpretar a autores españoles como Honorio Herrero y Juan Carlos Calderón. Esta emisión tuvo un aspecto romántico muy especial, ya que a diferencia de otros programas nocturnos en donde Alejandra apenas se estaba iniciando como creativa del pentagrama y dejaba composiciones inconclusas, en esta ocasión Ávalos también se mostró como la gran compositora que ya es, por lo que con ejecuciones en vivo, interpretó temas de su propia autoría. No se puede decir que Alejandra Ávalos con este programa haya llegado a otro tipo de público, porque su obra ha sido reconocida de manera universal, pero sin duda, su brillantez, seguramente logró reunir, con la magia de los artistas que hacen época, a los sobrevivientes de aquel programa bohemio llamado "Nostalgia" y al tan polémico "Siempre en Domingo", pero también engalanó a esta corriente televisiva de " pianista e intérprete bolerista" que ha fomentado principalmente la televisión pública. La ausencia constante de grandes estrellas que necesita la televisión y la industria musical, como es el caso de Alejandra Ávalos, es lo que delata, que la televisión no ha muerto con la presencia de otras plataformas, sino que es la televisión la que ha determinado suicidarse. Más
en www.somoselespectador.blogspot.com
imágenes de cortesía